Desde hace algunas décadas,
la musicoterapia se ha estado utilizando para tratar problemas como la ansiedad, el estrés y la depresión.
Sin embargo, a medida que los estudios desvelan las profundas
implicaciones de la música en nuestro sistema nervioso, la musicoterapia
amplía su rango de acción y se aplica a otros trastornos, como el
autismo infantil.
De hecho, se trata de un método terapéutico muy sencillo, que no tiene
efectos adversos y que permite aliviar los síntomas y mejorar la
capacidad de estos niños para relacionarse.
Música para los niños con autismo
Los niños con autismo mantienen intacta su sensibilidad musical.
En el año 1987 se publicó un estudio en la Journal of Autism and
Developmental Disorders en el que se demostraba que los niños con
autismo conservan su sensibilidad por la música e incluso pueden
sentirse aún más atraídos por estímulos musicales que los otros niños.
Esto explica por qué la musicoterapia es tan eficaz en el
tratamiento del autismo, sobre todo cuando fallan las terapias convencionales.
De hecho,
la musicoterapia no solo reduce los síntomas conductuales sino que
también disminuye los movimientos estereotipados y repetitivos,
a la vez que favorece la comunicación y las relaciones sociales. Estos
beneficios se logran a través de diferentes técnicas, dirigidas a
entrenar la respuesta física y emocional de los niños, como por ejemplo:
- Los ejercicios de vocalización
- Los movimientos para seguir el ritmo musical
- La audición musical
- Los juegos creativos musicales
- El canto solo o con acompañamiento
- Tocar instrumentos musicales
- La reproducción espontánea de ritmos
- Tararear las canciones
Cinco beneficios de la musicoterapia en el tratamiento del autismo infantil
1. Disminuye la agresividad y las rabietas
Así
lo comprobó uno de los estudios más recientes realizado por
investigadores de la Universiti Putra Malaysia, en el que se halló que
la musicoterapia tiene efectos positivos en el comportamiento de los niños con autismo.
En esta investigación, publicada en Pertanika Journal, se encontró
además que al cabo de 10 meses de tratamiento con musicoterapia, los 41
niños con autismo que participaron en el estudio mostraban una reducción
de casi la mitad de las crisis de agresividad, de inquietud física y
rabietas sin motivo aparente.
2. Mejora la coordinación gruesa y fina
Se ha podido apreciar
que bailar e imitar los movimientos, siguiendo el ritmo de la música,
es una actividad muy beneficiosa para los niños con autismo pues
mejora la coordinación de manos y pies, a la vez que estimula la motricidad fina.
3. Estimula la comunicación verbal y no verbal
El baile y la
música son una forma de expresión mediante la que se manifiestan
emociones, sentimientos e ideas. Ese mensaje no es completamente ajeno
para los niños con autismo, que también
pueden utilizar la música y la danza como un medio para expresar su mundo interior.
Por eso, la musicoterapia les ayuda a mejorar su comunicación verbal y
no verbal, favoreciendo su relación con otras personas, así como la
participación en grupos.
4. Reduce la ansiedad y los comportamientos repetitivos
El
hecho de concentrarse en determinados movimientos rítmicos (propios de
la música) les permite a los niños con autismo disminuir las conductas
repetitivas. Esto se debe a que la secuencia estereotipada de los
movimientos entra en disonancia con el ritmo de la música y hace que la
conducta repetitiva se vaya extinguiendo poco a poco. Además, el ritmo
de la música también
reduce los niveles de ansiedad, un estado emocional que favorece las conductas repetitivas y agresivas.
5. Educa la percepción
Los
especialistas afirman que la musicoterapia estimula la percepción
auditiva, visual, táctil y kinestésica en los niños con autismo. Lo que
sucede es que la música y la danza
les ayuda a interactuar de una manera diferente con su entorno, a la vez que estimula su capacidad para percibir los estímulos que les rodean.
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